La directora explicó que el ser humano ya se encuentra expuesto a enfermedades en las que influye mucho el clima y que causa millones de muertes al año.
"Con el cambio climático, está situación empeorará", puntualizó la directora. Cree que los efectos ya se han podido comprobar en recientes catástrofes, como la ola de calor en Europa en el 2003 que mató a 70.000 personas, el huracán Katrina, la epidemia de malaria en África Oriental por causa del aumento de las temperaturas, o la pandemia de cólera en Bangladesh tras las grandes inundaciones.
"Hay mucho que hacer hoy para evitar que estas situaciones se repitan".
Las enfermedades causadas por los mosquitos y otros vectores causan anualmente más de un millón de muertes, y las enfermedades diarreicas 1,8 decesos.
"Los estudios sugieren que el cambio climático puede aumentar la población expuesta a sufrir malaria en África a unos 90 millones en el 2030, y la población global con riesgo de dengue en unos 2.000 millones en el 2080".
La directora agregó que aunque la pandemia de dengue que sufre Sudamérica no se debe única y exclusivamente al cambio climático, el aumento de las temperaturas ha ayudado enormemente a la expansión de la enfermedad.
Por otra parte, el informe pone de manifiesto que, actualmente, la polución del aire causa 800.000 muertes por año. Según las estimaciones citadas por la OMS, en el caso de que la temperatura global aumente 1 grado centígrado, habría 20.000 decesos anuales más por año causados por enfermedades cardiorespiratorias.
Por todo ello, los responsables de la agencia de la ONU consideran que es hora de ponerse a estudiar profundamente las consecuencias que el calentamiento global puede tener para poder actuar inmediatamente.
"Necesitamos conocer la magnitud del problema para entender el tema, identificar los agujeros negros y desarrollar programas para taparlos", aseguró el director general.
Por ello, la OMS y sus asociados -el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, y la Organización Meteorológica Mundial- están elaborando un plan de trabajo y una agenda para mejorar las estimaciones de la envergadura y la naturaleza de la vulnerabilidad de la salud.
Cuando se cuenten con todos los datos, se elaborarán estrategias e instrumentos para ayudar a los gobiernos a implementar programas de planificación y contingencia.
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